26 de junio de 2013

¿Qué me hace crush de Candy Crush?

Hola, mi nombre es Maléfica y...
Pues sí, yo también juego Candy Crush...

Confesión pública, tal como lo haría un alcohólico en una reunión de AA, que es necesaria para esta exploración interna tratando de contestar ¿qué coño me atrae del jueguito ese?

Porque no es la estética... realmente la muñequita con cara de estúpida y su mundo de dragones y montañas de chocolate no van conmigo.

Los soniditos son bastante molestos y me exaspera, sobremanera, que en algunos momentos el juego toma el control y hace un montón de puntos o te revuelve la jugada y ni sabes que está pasando.

Mi esposo no entiende que yo juegue a algo tan bobo, tan alejado de las elegantes artes de la magia... menos cuando él conoce muy bien cuanto me exaspera lo repetitivo. Realmente, no soporto algo que ocurre una y otra y otra y otra vez...

Sin embargo, aquí estoy, pensando como hago para pasar el siguiente nivel, mentando madre a los creadores del juego que solo me dan 5 vidas y deseando lograr 10 ó 15 niveles de una sola sentada.

Así que me he preguntado ¿qué tiene ese o cualquier otro jueguito repetitivo que es capaz de volverse adictivo y de hacernos "perder el tiempo"?

Una respuesta la encontré leyendo el libro "Flow" de Mihaly Csikszentmihalyi. 

Este autor propone, junto a Martin Seligman, una psicología positiva que estudia que nos hace felices y como, de manera consciente, podemos aumentar nuestras fortalezas para sentirnos mejor.

Csikszentmihalyi esboza su teoría de que la gente es más feliz cuando está en un estado de "fluidez": en concentración completa en la actividad o situación en la que se encuentran.  Es algo que todos hemos percibido más de una vez, y se caracteriza por una sensación de gran libertad, gozo, compromiso y habilidad.

Csikszentmihalyi describió el fluir como "el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previos, es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo."

Este estado precisa el mantenimiento de la atención enfocada y en el momento presente. Es el disfrute de lo que realizas sin importar que pasará después, de si es útil o no, de que pensarán los otros.

Así me veo cuando juego Candy Crush o Angry Birds, completamente enfocada en lograr la meta de pasar de nivel u obtener más puntos. No me importa si alguien lo cree infantil, si es poco productivo en términos de usar el tiempo para trabajar. Soy yo y mis habilidades enfrentadas a un reto que creo puedo lograr.

Seguro que alguien dirá: -Muy linda tu explicación, ¿pero como para que sirve? - (siempre hay quien anda buscando utilidad a todo)

Pues, sirve para minimizar la entropía psíquica que no es más que el desorden de nuestra conciencia y que nos lleva a brincar de un pensamiento a otro sin foco ni dirección.

Pero del "fluir", la "psicología positiva", la "entropía psíquica" y de como eso nos ayuda a hacerle frente a la situación caótica de Venezuela se queda para otro día porque quiero ver si paso el nivel 50 de Candy Crush...

Les dejo un video de Csikszentmihalyi para que él se los explique mejor.


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Fluir: Una psicología de la felicidad - Mihály Csikszentmihalyi - Editorial Kairós (1996)
En Amazon está la versión digital del 2010 







20 de junio de 2013

Quiero volver...volver... volver...

Hace un par de meses que estoy con una idea algo tonta en la cabeza...

La de escribir una serie de crónicas de lo que ocurre en esta ciudad que otrora fue llamada la Sultana del Ávila y que entre tanta cambiadera de nombres y de "ideologías" ya no sabe que fue ni que es.

Otra tonta idea acompañaba a la primera, en forma de deseo...

¡Ojalá yo tuviera mi blog! Si así fuera, yo podría escribir... y el post se iba construyendo en mi mente lleno de imágenes y palabras hasta morir con un suspiro, de esos sonoros, como cuando sabes que algo no tiene remedio y mejor renuevas el aire de tus pulmones para pasar a hacer otra cosa.

Porque yo había olvidado que tenía ESTE espacio. Porque este espacio fue un "peor es nada" que terminó arrumado en un rincón como siempre terminan los "peor es nada" que nunca serán "todo" pero te acompañan mientras aparece (si es que aparece) "the one".

Rebuscando entre ese universo de trastos que vamos tirando en la red con nuestro nombre y nuestra marca, buscándolo en realidad para "sacrificarlo" como se hace con la mascota que ya no puede más, lo escuché gimiendo asustado y sintiéndose traicionado. Como música de fondo sonaba una ranchera... "y volver, volver, volver..... quiero volver, volver, volveeeeerrr"

¡Claro! si lo había dejado con ese post de septiembre acerca de las canciones de despecho. Con ese abandono, el desvelo, esas ideas suicidas... Hasta me dio miedo que después de casi un año, el sentimiento de venganza le llevara a atacarme, a hacerme daño... a... ¡a nada chica! ¿Qué va a hacer? ¿lanzarme sílabas?  ¿palabras agudas?  ¿frases cortantes?

Nada de eso me amilana y por eso llegué, con mis manos bien lavadas (por lo de la H1N1), y le ofrecí clemencia (que quede claro quien manda): Lo saco del destierro, de detrás del Facebook y le dejo salir algunas veces, cuando me provoque y haya algo interesante para escribir.

¡No, no no!  nada de darte el mismo tiempo que a Twitter, ni de estar activando al dormilón de Google+  para hacerte propaganda. Cada quien en su sitio...

Me miró furioso, con ganas de mandarme al carajo. Volteó a ver su destierro, los jirones de nada y las telarañas que lo acompañaban, cerró los ojos por un momento y, lentamente, asintió con la cabeza...

Eso fue hace 15 min, ya escribí y solo queda publicar.

Allá atrás lo escucho haciendo una plegaria, pidiendo que el capricho me dure un poco más, que no salga Candy Crush o Angry Birds a robarme el tiempo.

Yo por mi parte también rezo, para que haya mucho que contar, para que alguien quiera leer y comentar. Porque ya saben que no me caigo a mentiras... yo escribo esperando que alguien lea...





6 de septiembre de 2012

Despecho y más despecho... por el pecho

Ando buscando canciones acerca del despecho. Ese sentimiento de duelo que surge cuando hay una ruptura amorosa, cuando el otro ya no te quiere o nunca te quiso.

Creo que Latinoamérica, más bien Hispanoamérica, nutre su desvelo romántico con canciones que parten el alma en lugar de reparar las heridas.

Sean boleros, rancheras, tangos, vallenatos e incluso reaguetón; las letras de canciones que hablan de amores rotos se pasean por una gama de emociones intensas y muchas veces desesperanzadoras. Rabia, miedo, dolor, fracaso, deseo de venganza, ideas suicidas están presentes muchas más veces que la resignación, el olvido, el cambio, el arrepentimiento o el perdón.

¿Son estas canciones reflejo de los sentimientos o nos sentimos así porque las canciones que hemos escuchado y que forman parte de nuestro bagaje cultural- familiar nos ofrecen esa salida?

Y ni hablar de las imágenes, repetidas en películas y telenovelas, del bar donde no sólo se ahogan las penas en alcohol sino que la música del día es precisamente la que pone el dedo en la llaga con lamentos y recriminaciones.

Te invito a sacar el despecho latinoamericano que puedes llevar arraigado y me digas ¿qué canción o género musical te parece más apropiado para acompañar un despecho?

La foto fue tomada de Angélica★Diaz

30 de agosto de 2012

La piedra

Hay personas que son como piedras. No por lo duras sino porque te tropiezas con ellas muchas veces de manera inesperada.

Algunas son piedras pequeñas, insignificantes, de esas cosas que nadie voltearía a ver. Sin embargo, el impacto de esa pequeña piedra puede ser tremendo sobre tu vida.

Así como cuando salta de improviso y golpea el parabrisas de tu carro. Puede que no lo rompa, pero queda golpeado o astillado y ya no hay manera de eliminar esa marca.

Si tenías un buen parabrisas y tomas las medidas inmediatas, seguro que reparas la fisura y evitas que se haga mayor y destruya el vidrio. Pero la marca siempre queda... Cuando la ves piensas que esta vez te salvaste, pero ¿qué pasará si la piedra aparece de nuevo? ¿o si es otra más grande?

Hay que estar consciente de las pequeñas piedras. Tal vez solas no hagan mucho daño pero si se impulsan con fuerza y velocidad, si impactan en un lugar sensible, pueden lastimarte y hasta matarte.

Por eso, hay que hacer el trabajo de blindarse, de estar atentos, de defender a los más vulnerables,
de tener piedras mayores y no creer en la existencia de pequeñas piedras porque, al final, todas son igual de peligrosas.

Foto de Angelvilu

28 de enero de 2011

Resistencia alimenticia y cosmética

Los venezolanos somos, a veces, muy "como vaya viniendo vamos viendo". Es decir, nos vamos apañando de acuerdo a las circunstancias que se nos presenten usando la picardía, la "labia" y los contactos para ir resolviendo las cosas que no previmos ni planificamos.

Pero hay un aspecto donde nos "resistimos" vehementemente a que haya un cambio. En el renglón de marcas de nuestros productos cosméticos y de alimentos.

Puede que no nos importe comer pollo o pescado en lugar de carne  pero que la salsa de tomate y la mayonesa sean de la marca que siempre compramos o nos da una angustia terrible. Igual con la marca de desodorante, tinte para el cabello o champú; y si compramos de otra marca "para probar" es porque tenemos en casa de la que nos gusta, por si acaso.

Y entonces, cuando hay escasez, comienza un proceso que hace sentir envidia a los servicios secretos y espías del mundo entero: obtener información de donde está el producto y tener poder adquisitivo para comprarlo donde y cuando esté aunque en casa haya una caja completa.

Mi madre es un ejemplo vivo de esta situación (y ni siquiera es venezolana, pero 50 años en esta tierra te marcan). Hoy la vi salir apurada y me dijo bajando la voz, en ese tono conspiratorio de los palacios de gobierno - Voy al Bicentenario porque María me dijo que hay Mazeite -

María es una señora que tiene un kiosko en las afueras del supermercado y que sabe cuando llega la mercancía o que lleva la gente en las bolsas al salir. Además, mi mamá tiene otra informante que también se llama María y es cajera en el Excelsior Gama. Así, las dos Marías, le informan como va el suministro de productos tanto al supermercado del gobierno como al de la empresa privada.

Yo no sé que obtienen de mi mamá estas señoras porque algún tipo de acuerdo debe haber, que las haga gastar en una llamada a la casa. Creo que mejor lo dejamos así.

Por cierto, ¿alguien por aquí sabe dónde hay toallas sanitarias? Pero no esas Mía o Farmatodo, que no sé que son y que vienen en talla única... ; )

25 de diciembre de 2010

Navidad, Navidad, linda Navidad....

Al leer el título de este blog, seguro les llega alguna melodía típica de estas fechas y que curiosamente no es ningún villancico venezolano.

Eso es porque nuestra tradición navideña está más centrada en lo que vamos a comer, a beber, a bailar, a recibir como regalo... que en el verdadero significado de la Navidad (¿recuerdan? ¿un niño que nació en un pesebre hace más de 2000 años? ¿qué no tenía dónde nacer? ¿les suena?)

Claro, no es para sentirse culpable porque en todo el mundo hacen lo mismo y ,alguno, seguro no tiene ni peregrina idea de que es una festividad religiosa (como los chinitos que elaboran todas las mariqueras con que adornamos las casas). Unido al sincretismo de los árboles verdes e iluminados, el gordo barbudo vestido de rojo, las botas o medias que cuelgan en casa sin chimenea y la mezcolanza indígena-española de la hallaca... Total, la Navidad da para todo.

Sin embargo, y aunque parezca que es obligado, utilizar esta época para visitar o encontrarnos con familiares y amigos que no ves durante el año, recordar tu inocencia de la infancia a través del compartir las historias, pensar en otro a la hora de buscar un regalo o hacer una comida para compartir; nos transforma y hace crecer.

Por eso, en lugar de dejarnos abatir por la "grinchitud" que puede brotar ante la situación actual del país, la crisis económica mundial, las noticias de las maldades de los espíritus poco evolucionados que pueblan este planeta y pare de contar; invito a que nos dejemos invadir por la "energía de lo posible", la que revierte las situaciones adversas, la que brota del afecto y logra los cambios.

En lugar de Feliz Navidad, quiero desearles "Feliz Transformación"

¡Así sea!

6 de diciembre de 2010

¿Optimista o pendejo?

El clima es algo misterioso para los venezolanos. Motivo de conversaciones, usualmente en tono de queja. Siempre hace mucho calor o frío, llueve demasiado o sufrimos de sequía. Las comparaciones con años anteriores siempre hacen quedar mal al clima del momento.

Muy pocas veces se nos ocurre decir que tenemos una temperatura promedio similar casi todo el año, o que no estamos en el paso de los huracanes, ni que si nos desplazamos por el territorio nacional podemos disfrutar de muchos tipos de clima y de la diversidad de paisajes que eso nos brinda.

Pero lo peor no es la quejadera sino la terquedad. Sí, la terquedad. Porque sólo la terquedad puede explicar que seamos incapaces de "fluir" con algo superior a nosotros como lo son las condiciones climáticas. ¡Nada de eso! Queremos que algo global como la atmósfera se adapte a nuestros gustos y necesidades y tercamente nos negamos a prepararnos para estar cómodos y "lindos" sin importar como amaneció ese día.

Si no como se explica que en una ciudad como Caracas, aunque supongo que lo podemos extrapolar al resto del país, vea usted a gente en chancletas (no me vengan a decir que esas vainas son sandalias) en estos días de lluvia contínua. Si llovió toda la noche ¿creen que las calles van a amanecer lavadas y secas? NOOOO... lo que te vas a encontrar es un mierdero más charcos. ¡Esto no es Disneyworld!

¡¡¡Y algunos lo completan poniéndose pantalones blancos!!! Esos y esas si son optimistas. Y después se arrechan cuando un carro o moto pasa por un charco y les salpica.

Y ni hablar de usar paraguas, impermeable o chaqueta. De vaina usan gorras y porque están de moda. Entonces, la coño e'  madre (porque no tiene otro nombre) sale con un bebé en brazos y cuando empieza a llover no tiene ni un pañal para proteger al crío;  no me digan que no tiene real porque seguro que saca un Blackberry de 3 palos.

Pero también tenemos la otra cara de la moneda. Los que usan ropa polar y/o bufanda cuando hace más de 25 °C. ¿Qué en tu oficina el aire acondicionado está gélido? Ok, úsalo ahí. Pero cuando vas bajo el sol o te montas en el metro apretujado... no te quiero decir a que hueles después.

Ni voy a hablar de gobernantes y funcionarios que no hacen previsiones de ningún tipo para los fenómenos cíclicos del clima. Parece que viven en la Luna y no saben que todos los años hay sequía y lluvia y que lo del cambio climático no es tontería.

Yo creo que la culpa de este estado disociado frente a los cambios climáticos es de Simón Bolívar y de los cabeza e´ ñame que decidieron que esta frase demostraba la valentía de nuestro Libertador: "Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca"

¡¡Que pelón!! yo creo que lo que encontré en este site http://bit.ly/e9UOfi es cierto y la frase fue tergiversada, total Bolívar no la escribió en ninguna parte... pero como nos la han grabado en el inconsciente colectivo.

Y así estamos, entre ser optimistas y ser pendejos por no querer llevar un paraguas, usar los zapatos adecuados aunque no sean fashion y cargar con la necesaria ropa de abrigo. Ni imaginarme que pasaría si de pronto ocurriera una helada como las que se ven en las películas.... ¡Ay papá!