25 de octubre de 2010

Todos miren el pajarito...

No sé a quien se le ocurrió esa frase de "mirar al pajarito" como indicación de mirar a la cámara y mucho menos como fue que alguien pensó que 140 caracteres se podían resumir como el trinar o piar de un pajarito.

Mas, eso no le importa a nadie cuando utiliza Twitter o se encuentra con la imagen del pájaro azul y tampoco le encuentra incongruencia a la ballena porque lo que importa es decir lo que nos viene en gana y cuando nos dé la gana.

Al principio, no entendía que mantenía a mi esposito pegado del fulano Twitter. Él siempre tiene una excusa geek del tipo:
- ¿Enviciado yo? ¡Nooo! Es que estoy investigando para un proyecto -
Yo me hacía la que entendía sus explicaciones de como medir la proporción de "filibres" por segundo o el impacto del RT (retuit) en el crecimiento de las algas rojas.

Sin embargo, debo confesar que después de un tiempo (y por culpa del celular conectado a la red) estoy igual de pegada con la tuiteadera. Empecé por curiosidad. Luego, con el cuento de estar informada por quienes presencian o son parte de los hechos; muchos de los cuales ya los conocía como blogueros. Y ahora creo que sólo porque sí, por curiosa, por mantener las neuronas engrasadas... ¿por vicio?


Al igual que con los blogs, he conocido en vivo y en directo a tuiteros pero... no es igual. Porque al encontrarte con un bloguero, a quien has leído por cierto tiempo ya hay un "te conozco", mientras que con la mayoría de los tuiteros eso no pasa y menos si los encuentros son multitudinarios y ni se pueden escuchar unos a otros. (Esto no aplica para el aquelarre de brujas de verdad, ¿ok?)

Dejando la nostalgia bloguera, estoy en un proceso de alejarme de Twitter. ¿Por qué? Porque me quita mucho tiempo, porque hay mucha pendejera, porque hay tuiter divos/as, porque los políticos lo invaden, porque se pegan con un mismo tema... ¡Wait! ¡la misma vaina que con los blogs!!!

Bueno, bueno... es que no hay manera de escapar. Los humanos, en grupo, funcionan así. Simpatía más, simpatía menos...

Así que no dejemos que "el pajarito" fastidie más de lo necesario... (suspiro)... si por lo menos no narraran las cadenas...

21 de octubre de 2010

No estaba muerta ni de parranda... sólo distraída

¡Hola!.. ¡hola!.. ¿hay alguien aquí?...

Porque si hay alguien metido aquí, le advierto que traje la escoba cargada para sacar a cualquier intruso. Y no me vengan con que están custodiando, invadiendo, expropiando o como le quieran llamar. Nada de eso... Este blog es MÍO y si estuvo cerrado fue porque quise (...a mi no me pagaron.. oops! la memoria jugando malas pasadas...)

Así que salga sapo o salga rana, este blog arranca de nuevo. ¡He dicho!

- Hago una pausa en mi explicación para advertir a los batracios antes nombrados que su presencia es bienvenida. Siempre hacen falta para complementar algún hechizo o brebaje. Igual con las arañas. Fin del inserto -

Como iba diciendo... este blog estuvo cerrado porque quise. Claro, influyó mucho que Wordpress era un colador con huecos grandes y dejó pasar toda clase de bichos informáticos, inmunes a la magia tradicional, destructores de blogs. Así que no pregunten nada acerca de viejas escrituras porque no tengo la menor idea de donde fueron a parar. Intuyo que deben estar en el mismo lugar donde quedaron atrapados Zafiro y Acero en su capítulo final #caelacedula (Nótese que incluyo un hashtag para aquellos lectores acostumbrados al Twitter y que no entienden mucho cuando se les escribe más de 140 caracteres. Es para que se sientan en confianza)

Pues sí... volví... estoy aquí... (cri... cri... cri..) y esto está muy solo... y no sé si vendrá alguien... y bueno, mejor uso la escoba para barrer y desempolvar. Estoy moviendo muebles de un lado a otro para ver como quedan mejor, sacando O livro da Avó Feticeira y las pociones de las cajas...
 Pero no se cohiban si quieren visitarme, pueden pasar con confianza (..a verme limpiecita como un sol... mier.. la publicidad es una vaina seria...)

¡Bienvenidos sean todos!